Le dicen ‘El Pulgarcito de América’ por el tamaño minúsculo de su territorio. Es el único país de Centroamérica que no tiene costas en el Caribe y en su interior alberga maravillas históricas y naturales que muchos países envidiarían. Así es El Salvador, un destino que nos sorprendió en nuestro camino y que no vamos a parar de recomendar.

 

Y estas son nuestras razones:

1. Por sus Maravillas naturales

El Salvador posee lugares de ensueño que de seguro van a dejar a los visitantes con ganas de más. Basta con desplazarse unos pocos kilómetros desde la capital para tener acceso a bellezas como lago Coatepeque, catalogado como uno de los cráteres volcánicos acuosos más bellos del mundo; o el volcán San Salvador y el famoso Boquerón, desde donde se puede observar el cráter que dejó la erupción hace cientos de años. 

 

Y si usted es más de mar y fiesta, toda la costa pacífica de El Salvador está llena de hermosas playas como El Cuco y La Costa del Sol, o las famosas La Libertad, El Tunco y El Zonte, una de las mecas centroamericanas del Surfing y otros deportes naúticos.

2. Calidez de su gente

A falta de iconos  turísticos de renombre mundial, creemos que el principal motivo para viajar a El Salvador son sus habitantes. Los salvadoreños son amables en exceso, siempre se presentan con una sonrisa que parece querer escaparse de sus caras y reciben al visitante con un sonoro ‘pase adelante’ que lo hace sentirse bienvenido en cada rincón. 

 

Son cordiales, educados, humildes y solidarios. Están tan orgullosos de la tierra que los vio nacer, que en cada lugar al que fuimos nos daban las gracias por visitar su país y nos dieron razones de sobra para llevarnos los mejores recuerdos de la cara positiva de su país.

3. Todo queda muy cerca

Al ser tan pequeño el territorio de El Salvador, este se puede recorrer por tierra en su totalidad en unas cuantas horas de viaje. Todo queda cerca de la capital y los pueblos y playas están a pocos kilómetros de distancia. Tanto las ciudades como los lugares turísticos son de fácil acceso y la infraestructura vial del país es una de las mejores de Centroamérica.

4. Acercamiento al mundo Maya

Aunque no presenta la espectacularidad de México y Guatemala, el rastro que dejó la cultura Maya en El Salvador es muy interesante y digno de visitar. Bellezas como Tazumal, las Ruinas de San Andrés y La Joya de Cerén ponen a volar la imaginación de los visitantes y pueden ser un excelente abrebocas de lo que les espera en los países del norte.

5. Porque no es como lo pintan los medios

Cifras de ONG a nivel mundial indican que El Salvador es uno de los países – sino el más- violentos del mundo. Sin embargo, esto obedece a guerras entre maras (pandillas) que se matan sin tregua en los tugurios de las ciudades y llenan las morgues de cadáveres de uno y otro bando. Pero estas terribles guerras que desangran a El Salvador se libran lejos de las cabeceras urbanas y de los sitios interesantes que tiene el país para visitar. 

 

Esta situación, como verán, es similar a la que viven muchos -por no decir casi todos- países en el mundo. Porque en todos los países roban, en todos los países hay homicidios y crímenes, pero los medios se han encargado de llenar de titulares exagerados y de darle una espectacularidad particular a la violencia en El Salvador por las características del conflicto y el tamaño pequeño del país. Pero créannos, recorrimos todo su territorio y nunca nos sentimos inseguros. 

6. Las pupusas

Para empezar, creemos que las pupusas deberían ser un plato tan universal como la pizza. Esta delicia salvadoreña es uno de los manjares más extraordinarios que hayamos comido en cualquiera de nuestros viajes. Se tratan de unas tortillas de masa, de arroz o maíz según su preferencia, rellenas de frijol, queso y una florecita que crece en Centroamérica llamada loroco (como somos vegetarianos no nos molestamos en probar las demás). Son preparadas a la plancha y servidas con vegetales encurtidos y salsa de tomate natural. Se comen con los dedos y son altamente adictivas.

 

Pero además de las maravillosas pupusas, El Salvador tiene un amplio menú para ofrecer a los visitantes que,  como nosotros, gustan de probar las delicias locales de cada lugar al que llegan. Quesadillas calientes, yuca frita y sancochada, las granizadas para el calor, las riguas de maíz y las cervezas micheladas con salsa inglesa son delicias que no se puede perder.

7. Sus pueblitos coloridos

Viajar por los pequeños pueblos de El Salvador es adentrarse en micro mundos llenos de color, construcciones típicas y gente amable a cada paso. Además, como todo queda tan cerca, se puede salir de uno y entrar al siguiente luego de pocos minutos de viaje por carretera. 

 

La ruta de las flores fue nuestro recorrido favorito por los pueblos salvadoreños. En ella encontramos lugares como Salcoatitán, Aguachapán y Concepción de Ataco, donde se mantienen vivas las tradiciones salvadoreñas y se pueden entablar conversaciones con sus habitantes, siempre dispuestos a contarles algo sobre su tierra y a darle la bienvenida y las gracias por visitar su país. 

 

La felicidad que sentimos viajando por El Salvador es la confirmación de la máxima que le hemos escuchado y leído a muchísimos viajeros: «Hay mucha más gente buena que mala, pero los buenos no salen en la televisión». ¿Qué tal si lo comprueban por ustedes mismos?