Hoy les escribimos desde la incertidumbre que nos tiene tomando decisiones en Sukhothai, ciudad llena de templos antiguos en el norte de Tailandia.
Desde hace casi 6 años que el viaje se convirtió en nuestra vida, y a través de él hemos podido ver el mundo con una mirada diferente a la que los medios tratan de vendernos a diario. Llegamos a Asia hace 4 meses después de recorrer Marruecos, justo cuando el Coronavirus apareció en el panorama noticioso del mundo. Desde entonces hemos recorrido a fondo Vietnam, Camboya y Tailandia. Aún en medio de la incipiente crisis, nos movíamos en medio de una normalidad que nos permitió seguir tranquilos e incluso tomarnos bastante a la ligera esta pandemia. El bajo impacto que la enfermedad había generado en el día a día de nuestro camino nos hizo pensar que todo esto se trataba de una exageración mediática, hasta que todo se desbordó. Ahora no podemos negar la gravedad de la situación ni el impacto terrible que el Covid-19 está causando en el planeta entero: el virus está fuera de control y está en nuestras manos ayudar a contrarrestar su efecto.
Somos conscientes de que, al estar en constante movimiento, cambiando de ciudad cada 3 o 4 días, somos potenciales agentes propagadores del virus; y en el estado actual de las cosas eso constituye una irresponsabilidad. Por eso, hemos decidido dar por terminada esta etapa de nuestro viaje por Asia, por lo menos hasta que el mundo de por controlada la pandemia. Los próximos pasos que teníamos planeados eran hacia Laos, Myanmar, Singapur y Canadá, pero consideramos que es nuestro deber moral hacer un alto en el camino y emprender el regreso a casa.
Desde que el eco del virus empezó a propagarse por medios de comunicación y redes sociales, a diario recibimos por todos nuestros canales preguntas sobre la situación en los destinos a los que hemos viajado. Hasta ahora habíamos reducido nuestras respuestas a aspectos técnicos con partes de tranquilidad sobre cuáles fronteras siguen abiertas, qué destinos siguen recibiendo afluencia de turistas, y cuáles son los países que han limitado su acceso a los viajeros. Dijimos abiertamente que, tal cual como veíamos las cosas aquí, nosotros no nos pensaríamos dos veces la decisión de viajar. Nunca le sugerimos a nadie que se quedara en casa: pensamos que nosotros y esos tantos miles que aún siguen andando por Asia éramos la prueba ambulante de que estábamos siendo víctimas de una paranoia masiva más que de una realidad que nos fuera a afectar. Sólo ahora, cuando todo se salió de control y nos sentimos en un limbo territorial al otro lado del mundo, es cuando entendemos cuán banales fueron nuestras apreciaciones.
Y es que uno puede especular lo que sea, opinar lo que quiera o adherirse a la teoría que más le parezca. Lo que resulta imposible es negar la realidad cuando los hechos nos la ponen de frente, cuando se plantea irrebatible.
Ha llegado el momento de mirar un centímetro más allá de nuestros ombligos: no estamos afectados directamente por la enfermedad debido a que no hacemos parte del grupo de riesgo, pero no podemos banalizar el hecho de que seguir en movimiento nos hace parte del problema y no de la solución. Involuntariamente podemos afectar a otros y eso es lo que menos queremos.
Aunque no estamos enfermos, la situación nos ha afectado de una forma terrible: vivimos de los viajes, nuestra vida está en los caminos del mundo y en este momento eso de inspirar a otros a que exploren otras culturas pasó a ser una frivolidad. Las visitas a nuestro blog han caído de forma estrepitosa y nuestro libro y taller de fotografía se venden a cuentagotas. Viajar no solo es nuestra pasión: es también nuestro estilo de vida y nuestro trabajo, y este freno en seco nos ubica dentro de la crisis.
Inevitablemente, tarde o temprano todo volverá a la normalidad. Y esperamos que cuando ese día llegue estemos sanos, en casa, con toda la energía lista para encarar nuevos proyectos y poder seguir dando vueltas por el mundo.
Mientras tanto, bajaremos la bandera del ‘aquí no pasa nada’ para hacer parte de la solución desde la quietud de nuestra casa en Colombia y comunicando a nuestros lectores información real que aporte a la sociedad a salir de la crisis.
Aunque en la situación en la que estamos nos resulta casi imposible parar de movernos, trataremos en los próximos días de encontrar un lugar fijo en el cual quedarnos en Tailandia mientras se surten todos los trámites de cambios de vuelo para llegar a casa.
¿Es irresponsable de nuestra parte volver a Colombia?
Hicimos una transmisión en vivo a través de Facebook e Instagram contando esta decisión y nos tomó por sorpresa que algunas personas nos dijeran que no regresáramos, y además nos tildaron de irresponsables por solo pensar en volver a casa y aumentar el riesgo que existe en el país y poniendo en un potencial peligro a nuestros familiares y amigos.
Nosotros pensamos todo lo contrario. Si queremos regresar a casa es para parar de movernos, y así dejar de ser un foco de contagio. Claro, al llegar a Colombia lo menos que queremos es ser parte del problema, así que de inmediato nos acogeremos a las medidas de aislamiento voluntario y nos haremos las pruebas que determinen el paso a seguir. Los abrazos, besos, reuniones de bienvenida y charlas con nuestros lectores a las que nos tienen acostumbrados tendrán que dar espera hasta que el mundo retome su curso.
Ver esta publicación en Instagram
No sabemos cuándo exactamente será nuestro regreso a Colombia, porque ya empezamos a librar una batalla burocrática con agencias y aerolíneas para que cambien nuestros vuelos y nos lleven de vuelta a casa.
Mientras tanto, nos gustaría que nuestro caso sirviera para que te detengas a pensar un segundo en la necesidad de hacer ese viaje que tienes programado para los próximos días. Aparte de las ya conocidas medidas que han tomado los gobiernos del mundo, que cierran fronteras, cancelan eventos y ponen en cuarentena a sus visitantes, ¿no crees que vale la pena aplazarlo hasta que vuelva la tranquilidad, los apretones de manos, los abrazos y lo besos?
Seguramente, si compartimos la preocupación y acatamos las medidas con solidaridad, pronto nos encontraremos por ahí, en el mundo.
Mientras tanto, a cuidarnos los unos a los otros.
Gracias por acompañarnos. Nos vemos en Colombia.
Andrés y Lina.
2 comentarios
Precisamente eso es lo que estamos diciendo. De hecho llevamos 3 semanas en aislamiento voluntario. Saludos y gracias por escribirnos
Estoy de acuerdo con los que les sugieren que NO regresen, ponen en riesgo a mas personas que a ustedes mismos. Allá son un foco de contagio menor, aquí son un foco de contagio mucho mayor. Quizás sea el momento de pensar en alguien a parte de ustedes mismos.Paren de moverse donde estén. Ademas al país no están llegando vuelos y menos de Asia.