Guía: Las cascadas del Fin del mundo y otras bellezas que ver en Putumayo

Tenga en cuenta: La información que encontrará en esta guía la consignamos en el mes de octubre de 2016. Si ha pasado mucho tiempo puede que algo haya cambiado a la hora de realizar su viaje.

Llegar al departamento colombiano del Putumayo es abrir las puertas de la Selva Amazónica. Es darse un bocado de naturaleza extrema, de hojas gigantes que caen de árboles colosales. Es adentrarse en la cultura indígena del sur del país e impregnarse de sus saberes ancestrales y sus luchas contra la violencia y la megaminería que los azota. Es purificar el cuerpo con aire puro e hidratar el alma con el agua que emanan sus poderosas cascadas. Putumayo es flora y fauna. Es tabaco y yagé.

Hasta hace muy poco tiempo en Colombia esta región era famosa por ser una de las mecas del conflicto armado. Durante años fue una de las llamadas ‘zonas rojas’ del país por ser asentamiento de comandos armados de guerrilleros y por la cantidad de atentados y confrontaciones que se registraban. Pero eso ya hace parte de un oscuro pasado que se ha ido desdibujando gracias a la unión de su gente y a la llegada de turistas en busca de maravillas naturales. Hoy es  un territorio de paz, seguro y con gente hospitalaria en exceso dispuesta a recibir a los visitantes.

En Putumayo el Fin del mundo ya no se espera por cuenta de las bombas y las ráfagas de fusil, sino que es el nombre de una cascada que refresca la vida de quienes se atrevan a internarse en las entrañas de la selva para descubrirla. En esta guía les contamos todo lo que debe saber para visitar las cascadas del Fin del Mundo en Putumayo

Por carretera hay varias formas de llegar hasta Mocoa, punto de partida para conocer las Cascadas del Fin del Mundo y otros sitios naturales de Putumayo.

Esta fue la ruta que tomamos nosotros conduciendo La Jebi. El recorrido lo hicimos por las vías Palmira (Valle) – Popayán (Cauca) – Pitalito (Huila) – Mocoa (Putumayo). Tiene una duración aproximada de 12 horas y un sólo peaje en las carreteras del Cauca. Desde Popayán hacia San Agustín, Huila, a la altura del páramo de Puracé las carreteras son pésimas, todo un insulto a la modernidad; 40 kilómetros en los que perfectamente se puede tardar 3 horas conduciendo.

Es más larga esta ruta que la anterior en distancia pero está en mejores condiciones para conducir. 620 kilómetros que le demandarán aproximadamente 11 horas de carretera. Primero hay que llegar a Neiva, luego buscar la vía hacia Pitalito y desde allí hasta Mocoa. En este link  puede encontrar la ruta paso a paso.

Conducir de Pasto a Mocoa puede ser una aventura extrema. Esta ruta de 146 kilómetros incluye un tramo conocido popularmente como el Trampolín de la muerte, que va desde el municipio de Sibundoy hasta Mocoa, capital del Putumayo. Sólo hay una vía en este tramo, es estrecha, de un sólo carril para quienes transitan de ida y vuelta y la mayor parte del camino se ubica al borde de un abismo de casi un kilómetro de profundidad. La ruta Pasto – Sibundoy – Mocoa puede tardar un aproximado de 6 horas y no tiene ningún peaje -faltaba más-. Esta ruta la hicimos en el sentido contrario, de Mocoa a Sibundoy, y en ella vimos paisajes que nos dejaron sin aliento.

Hay vuelos de las aerolíneas Satena y Aires que llegan a los aeropuertos de Villa Garzón (a 20 minutos de Mocoa por carretera) y Puerto Asis (a dos horas de Mocoa vía terrestre)

Ahora sí, vamos a vivir juntos una de las experiencias naturales más bellas de todo Colombia.

Fotografías en el Trampolín de la muerte:

La protagonista indiscutible en este capítulo de Colombia es esta cascada de 70 metros de altura escondida entre la selva del Putumayo. Para acceder a ella hay que caminar por un sendero que inicia en el kilómetro 6 de la vía Mocoa-Villa Garzón. La caminata para llegar al Fin del Mundo dura poco más de una hora pero la excursión puede durar un día entero, pues el camino está lleno de piscinas naturales y rutas en medio de la selva para observar la flora y fauna del sector.

Lea aquí la crónica de nuestro viaje a Las cascadas del Fin del Mundo.

La entrada a las cascadas del Fin del mundo tiene un costo irrisorio de $2.500 (menos de un dólar) que se utilizan para la reparación y limpieza de los senderos. Siempre es recomendable ir con un guía, pues es muy fácil perderse dentro de la selva. Además, hay empresas de ecoturismo de aventuras que ofrecen servicio de rapel y torrentismo para bajar de las cascadas atado a una cuerda.

El acceso a esta cascada es el mismo por donde se ingresa hacia el Fin del Mundo, y luego de un tramo se toma un desvío hacia la derecha (siga a su guía, recomendamos no ir por cuenta propia). El camino es bastante complejo y por momentos desaparece entre la manigua. El Ojo de Dios es un agujero en la montaña por donde entra una potente cascada que alimenta un pozo de aguas tan calmadas como heladas. A través de este agujero se puede descender haciendo torrentismo por la cascada.

El Ojo de Dios es una parada obligada antes de llegar al Fin del Mundo para refrescarse y descansar del camino.

Esta fue la sorpresa del viaje. Es difícil creer que en esta zona de Colombia pueda existir algo más bello que la cascada del Fin del Mundo, pero la espectacular catarata de 55 metros de altura formada por el río Hornoyaco nos dejó sin aliento.

Aunque de menor altura y potencia que el Fin del Mundo, Hornoyaco tiene la ventaja de que en ella sí se puede nadar. Sus aguas alimentan un pozo profundo y, cuando el día está soleado, las gotas que salpica la catarata al chocar con las piedras forman varios arcoiris.

Hornoyaco se encuentra en la serranía de los Churumbelos y su punto de acceso está ubicado en la vía entre Mocoa y Villa Garzón. La caminata para llegar a la cascada es de unos 4 kilómetros de alta exigencia, por caminos estrechos de piedra y barro que van aumentando su exigencia hasta llegar a los últimos 400 metros en los que hay que descender por sogas atadas a los árboles. Es un camino no apto para cualquiera. Pero al llegar te das cuenta de que cada paso valió la pena.

Entrar a Hornoyaco no tiene ningun costo.

Ubicada en el kilómetro 7 de la via Mocoa-Villa Garzón hay una reserva natural donde la fauna y la flora silvestre son los anfitriones. Paway es hogar de un impresionante mariposario donde 26 especies de estos animales se reproducen y viven todo su ciclo de vida. Además, en esta reserva rehabilitan animales maltratados y confiscados a contrabandistas.

Paway siempre será uno de nuestros recomendados a la hora de viajar por Colombia, pues en este lugar pasamos una de las noches más maravillosas de nuestras vidas, durmiendo en una casa de árbol construida sobre una imponente seiva de 27 metros de altura. Terminar el día viendo el sol caer sobre el manto verde de la selva y escuchando la banda sonora del lugar amenizada por aves, grillos y chicharras es un premio a la vida. 

Tienen hay también un laboratorio donde enseñan el proceso de reproducción de las larvas de mariposa y un restaurante donde venden comidas típicas de la región.

La entrada a la Reserva Natural Paway tiene un costo de $4.000 (1,2 dólares) y el hospedaje en la casa del árbol vale $150.000 (50 dólares)

Nuestro recomendado para hospedarse los dias en que vaya a conocer El fin del Mundo y sus alrededores es la Posada Turística Dantayaco, una hospedaje tipo hostel al que fuimos invitados con parqueadero, cocina y demás comodidades. Tiene habitaciones privadas, cuartos compartidos y una cabaña con una impresionante vista al río Mocoa.

El sitio está ubicado a tan sólo 100 metros de del inicio del camino al fin del mundo y a unos 600 metros de la reserva natural Paway. 

 El clima es selvático, húmedo al extremo y con mucha lluvia todo el año. Es bueno llevar ropa de más para estar preparado, pues el sudor y el lodo siempre van a estar presentes.

Botas de montaña, repelente, ropa cómoda -evite jeans- y bolsas para que regrese con la basura que resulte en el camino. Lleve dinero a las caminatas, en el camino venden frutas, bebidas y comidas. Un impermeable para protegerse y cubrir bolsos y maletas le será de mucha utilidad.

Contacte a Ecoturismo Putumayo, son expertos conocedores de la región y le pueden organizar su viaje con hospedaje, alimentación, excursiones y actividades adicionales como rapel y torrentismo. Recomendamos los servicios del guía Laureano Ortega, una excelente persona nativa de la región que conoce todos los sitios como la palma de su mano. 

Si tiene dudas adicionales no dude en contactarnos a [email protected] Con mucho gusto responderemos.

BUEN VIAJE!