¿Suelen atravesarse por su mente de vez en cuando los verbos renunciar y viajar? Allí, sentado en la silla de su oficina o en su salón de clases ¿no para de prometerse visitar las playas, nevados, montañas y monumentos que la televisión e internet bombardean con fotografías y videos alucinantes?
A nosotros nos pasó igual y estamos a punto de dar el primer paso, el más importante de todos, para dedicarnos durante un buen tiempo a conocer el mundo. Si nos paramos en nuestro presente y miramos un poco atrás, creemos que hasta ahora lo hemos hecho todo según los parámetros sociales que heredamos de nuestros padres, y que los de nuestra generación heredaron de los suyos.
Tenemos 30 y 28 años y ya logramos lo que se supone uno debe lograr a los 30 y 28 años (carrera universitaria – trabajo estable – buen sueldo – carro – vacaciones divertidas 20 días al año).
En una de nuestras vacaciones en la Plaza Constitución de Santiago de Chile, antes de pensar en renunciar y viajar.
Pero, ¿salir de viaje y quedarse sin trabajo? Pensamos que el placer de sentirnos vivos debe ser el reflejo de nuestros logros profesionales. Y es por eso que renunciamos y viajamos. Es la oportunidad perfecta para poner en línea nuestra pasión por los viajes y nuestro trabajo.
Nuestra decisión de renunciar y viajar obedece a una premisa fundamental: queremos disfrutar la libertad de estar vivos.
¿Vivir de vacaciones? No del todo. Tenemos responsabilidades, claro. Debemos hacer dinero para que nuestro viaje continúe (no viajamos con una caja fuerte en el auto o una cuenta bancaria llena de billetes), y llevamos la oficina en una maleta para poder contarles a ustedes, quienes nos leen, los pormenores de nuestro viaje, las curiosidades que nos entrega el camino. Alguno se habrá de animar a recorrerlo algún día.
Mientras tanto, les dejamos nuestro secreto para dejarlo todo y salir a la ruta: autoconfianza. Si no confía en usted mismo, espere un poco, la autoconfianza llega porque llega. Nuestros siete años como empleados nos hicieron fuertes, ganamos experiencia y competencias que podemos aplicar en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo.
Viajamos conociendo la vida que ocurre fuera de los hoteles cinco estrellas. Coleccionamos momentos.
Y si algún día queremos regresar, conseguir empleo y volver a la rutina, pues tenemos un curriculum que nos respalda y lo haríamos con la experiencia de nuestro viaje a cuestas. El reloj avanza y la vida tiene prisa. Así que vamos a vivir mejor el presente. Pensar en controlar el futuro, para nosotros, es cosa del pasado.
6 comentarios
Mario mejor no lo podemos decir. Admiración total hacia tí. Queremos recorrer el mundo. Muchas Gracias
Su decisión es la correcta, yo he viajado por 4 continentes (me falta Australia) y en mi vida decidí que la quería vivir haciendo lo que me gusta, realizar sueños, y no hacer lo que el entorno me impone que es lo que casi todo el mundo hace. La libertad es vivir como uno quiere no como el mundo lo impone.
Ojalá nos encontremos. lo mejor de los viajes son los amigos que haces en el camino no crees? Un abrazo enorme.
Si algo necesitas cuando viajes a Colombia nos avisas. Luego de recorrer Colombia, pasaremos a Venezuela. De pronto nos vemos por allá no te parece. Mientras tanto, la mejor de las suertes y no dejes de soñar. Se puede.
Quiero demasiado renunciar y viajar, creo que empezaré por conocer su país. Además de conocer el mundo, la imposibilidad de surgir en mi país y la gran inseguridad, es lo que me motiva. Espero con ansias ver cómo les va. Mis mejores deseos.
Una colega periodista de la hermana república, Venezuela.
¡Muchos éxitos, chicos!
La mejor decisión.
¡La vida es corta y hay que aprovecharla al máximo!
Nos vemos en algún lugar del mundo.
Analucía Rodríguez Dávila
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